Julián plantó un kilómetro de habas con toda voluntad pero algo ha pasado porque la cosecha no ha sido gran cosa. Hace cosa de un mes empezamos a coger, como atracando la plantación, las primeras, muy baby y por semanas lentamente iban creciendo pero aquello no era lo que habíamos esperado. Dicen que les entró un bicho, que no ha sido año de habas, no se, en el Mercado bien caras están, y lo más que hemos conseguido ha sido un par de bolsas que han ido al congelador. Con estas empezábamos la Primavera y encontré esta receta de Ondakinque me hechizó porque era un tratamiento completamente diferente al que yo les había dado siempre. Aquí van los ingredientes: 1 kg de habas (puse algunas vainas porque daba pena pelarlas) 800 gr de chipirones 2 dientes de ajo 6 hojas de menta (de mi planta, recién cortada) perejil picado aceite de oliva vírgen extra sal Pelamos las habas y las cubrimos con aceite junto con los ajos y la menta. Las confitamos unos 10 m a fuego muy suave hasta que estén tiernas, el tiempo dependerá del tamaño. Reservamos. Limpiar los chipirones y secar. Saltear los chipirones untados con el aceite de las habas hasta que estén dorados. Salar. Añadir las habas escurridas del aceite. Espolvorear con perejil picado y rectificar la sal.
Si las habas están buenas, las vainas se las traen. Era un pecado pelarlas.
Este pan de espelta está hecho con una harina de espelta biológica que compré en Biocultura y otra de espelta integral que me regaló El Amasadero, que tiene unas harinas fantásticas que puedes pedir en su web además de otros artilugios para hacer pan. Te gustará tratar con él, también es uno de los regalos que me ha dado la red. La receta es del libro Crujientes de Richard Bertinet y se la vi a Lola, qué demonio es!!!!, tiene unas cosas riquísimas en su blog y cada vez que entro me llevaría una muestra de lo que hace, además la conozco, es cercana y nos unen muchas coincidencias. Si pinchas en su nombre verás cómo hizo el pan. La harina de espelta me gusta muchísimo, es un cereal que estuvo a punto de desaparecer pero sus nutrientes y propiedades han demostrado ser superiores al trigo actual. En cualquier panadería un pan de espelta te cuesta mucho más caro que uno de trigo. Si quieres saber más de este cereal consulta aquí. Y la responsable de esta foto es Carmen quien me ayudó a conseguir este fondo blanco que hace tiempo andaba buscando. Espero que os guste. Es divertido ver cómo los alimentos o los objetos que quieres fotografiar quedan como flotando en el espacio, en una nube, donde tan solo se aprecia aquello que quieres realzar, en este caso el pan, sin ambiente, sin alrededor, sin compañía, es curioso, me divierte conseguir estos efectos.
Para hacer este pan, tienes que preparar la noche anterior el polish: 250 gr de harina de espelta integral 250 gr de agua tibia 5 gr de levadura fresca Se mezclan todos los ingredientes en un bol grande y cubierto con un paño o film se deja reposar en la nevera toda la noche. Al día siguiente necesitaremos para el pan además: 250 gr de harina de espelta 5 gr de levadura fresca 10 gr de sal 75 gr de agua tibia Juntamos todo el polish con la harina, la levadura y el agua. Mezclamos bien y en el banco de trabajo añadimos la sal. Amasamos haciendo pliegues encerrando el aire dentro de la masa y le damos forma de bola. Colocamos en el bol cubierto con un paño y dejamos levar durante una hora. Pasado ese tiempo enharinamos y volvemos a hacer una bola dejando entonces la masa en el banettone para el segundo levado. Dejamos reposar otra hora como mínimo. Tendremos el horno caliente a 250º arriba y abajo con la placa encima de la cual vayamos a poner el pan a cocer. Volcamos el pan desde el banettone a la placa caliente. Si tenemos pala de madera mucho mejor. Horneamos unos 5 m y bajamos el horno a 200º, cocemos unos 25 ó 30 minutos más dependiendo del horno.
Y esta foto hecha por Helena, sin trucos, escenario de la degustación con mantequilla salada.
Hoy es un día muy especial para mí. Todos los años lo ha sido, desde niña, tan solo por disfrutar del pastel que me hacía mi madre ya valía la pena cumplir años. Poco sabía que más adelante cumplirlos sería toda una suerte. Por ello desde hace unos años es muchísimo más especial, porque salí, sobreviví a un cáncer de mama (bueno, a dos) y he tenido la suerte de seguir compartiendo con vosotr@s todo lo que hago y consigo que me salga bien. Pero este mundo en el que andamos tod@s metid@s tiene muchos sinsabores que esta semana por desgracia he descubierto. No se si merece la pena, en un día tan importante como es hoy, hacer mención a un tema semejante, pienso que no, pero lo mejor de todo, es que no solo hoy, nunca, nunca debería dejarme llevar por la mala energía que ronda por ahí y que solo destruye las relaciones entre quienes nos dedicamos a lo mismo. Unos empezaron hace 10 años, otros hace 5, yo hace casi 3. Todos aprendemos de todos. La labor de cada día es lo que nos da, de cara a nuestro lector, credibilidad: quién no come frío cuando tiene que fotografiar?, quién no se harta de sacar fotos hasta que logra lo que busca?, quién no roba al presupuesto mensual para comprar un plato nuevo para ofrecer algo distinto y fresco al blog?, quién no busca dentro de sí mismo lo mejor para aportarlo a sus visitantes? Lo demás, lo otro, las decisiones que yo tome, la pintura con la que pinte mi blog que es mi casa, la marca de los muebles con los que amueble mi blog, eso es cosa mía y merece respeto, tanto como el que yo profeso en cada uno de los lugares en el que aterrizo regularmente. Quizás tú no tengas ni idea de lo que estoy hablando, quizás tú sí. A amb@s, a tod@s decir que en esta aventura, en mi mochila solo llevo tres cosas: sinceridad, sinceridad y sinceridad. Y en los bolsillos, porque hoy las mochillas son muy modernas y llevan muchos accesorios: tengo escondida desde mi supervivencia, mucha humildad que me permite impresionarme con todo lo que hacéis con vuestras manos, en vuestras cocinas, cámara en mano. Con este equipaje dudo que llegue a las altas esferas de la Gastronomía española pero es que ni lo pretendo. Aquí vine a aprender, día a día disfruto aprendiendo y poniendo en práctica mis nuevos conocimientos. A cambio os ofrezco lo que de herencia llevo: mi cocina, mis vivencias con la enfermedad, mi lucha, mis ratos de alegría, mis descubrimientos y poco más. No estoy en ningún ranking ni me preocupa. Mi lucha es otra pero en el camino me divierto conjugando un verbo en todos sus tiempos: COMPARTIR. A buen entendedor con pocas palabras basta. ♥♥♥♥♥♥ Y ahora sigamos con el cumple. Llevo toda la semana celebrando que voy a cumplir años. Parezco tonta pero toda la semana he ido anotando regalos que me han ido llegando y yo tan fresca les he puesto una etiqueta: "por mi cumple". Esta semana quedé con una amiga internauta, desvirtualizada, encantadora, Internet tiene cosas muy buenas a Dios gracias, y me regaló chorizos de Asturias, menuda pinta tienen, cuando los pruebe me ahogo seguro. Estoy buscando la ocasión para acompañarlos con un buen pan, esos yo no me los como con un pan de la esquina, de eso nada!!!!! Recibí un paquete con unas cucharas y tazas medidoras, también "por mi cumple", ahora no tendré excusa para hacer los dulces que vienen en los libros americanos e ingleses. Me llegó un paquete con antelación de un alma gemela, aunque ella no quiera, es mi alma gemela, es mi amiga, esa clase de amiga que hoy ya no existe, algo que me llevaré a la otra vida junto con las personas que más he querido: no se porqué manda regalos, ella en sí misma ya lo es. Pero ahí están sus detalles, su postal malvada, su labor artesanal. Otro regalo ha sido una reconciliación que se ha producido con una compañera bloguera, uf, este término no me gusta nada pero como se utiliza, la vamos a llamar así para dejar claro que es virtual y que además ha llegado muy lejos, también sufriendo otros pormenores. A lo largo de la semana nos hemos permitido algunos pasteles de una panadería-pastelería muy buena de Valencia, El Parisien. Ha sido un descubrimiento y he visitado todas sus 4 sucursales pero lo peor es que en todas he picado: "por mi cumple". Ay que no se me olvide un regalazo: un mail de Carmen que será el responsable de mis próximas fotos, encantadora también. Poco a poco iremos mejorando la fotografía. Pero lo más fuerte fue el contagio que se me produjo cuando al escuchar a @Liuia_Drusilla en Twitter hablar de su jardín, de sus fresas, se me antojaron fresas y sálvese quien pueda que si a mí se me antoja algo, donde pongo el ojo ..... . Cual fue mi sorpresa al hablar con mi marido a media mañana y oír que traía dos plantitas de fresas. Era el día de Sant Jordi y yo le dije: muy bueno, en lugar de una rosa, fresas, jajajajaj. Así fue como empezó la "Fresita evolution" como lo ha llamado mi hija en Facebook para ir viendo cómo evoluciona cada planta. Al día siguiente quisimos dar compañía a estas pobres futuras fresas y convertimos la galería en un huerto aromático, frutal.
Me encanta perfumar mis recetas con hierbas, tomarlas en infusiones, utilizarlas para decorar pero, sobre todo, verlas crecer y conseguir, que sobrevivan, algo a veces difícil porque no siempre se cumplen las condiciones que cada planta exije.
Apenas me gustan las flores, nada diría yo. Se libra el jazmín, la flor de azahar, las margaritas, las silvestres y estos clavelitos mini que me recuerdan a los que tenía mi abuela en el chalet cuando éramos pequeños y luego mi tío siguió plantando, su olor despertaba pasiones. Hoy en día, generalmente las flores no huelen a nada.
Y ahora, a celebrarlo!!!!!!!!! Os traigo una receta con la que estuve una mañana pero valió la pena. No soy una experta en Pastelería, siempre os lo digo, mi madre tiene puesto el listón muy alto y está difícil ponerse a la altura. Quizás por eso soy muy exigente y no me conformo con que me salga de cualquier manera. Había oído decir que la pasta choux era difícil de hacer y pienso que ni en sueños hubiera imaginado que conseguiría hacer las dos bandejas de lionesas que hice ese día. En esta casa alucinaban. Tal cual me dieron la receta las hermanas Beatriz y Victoria os la escribo: Ingredientes 125 ml de agua 125 ml de leche un pellizco de sal un pellizco de azúcar 110 gr de mantequilla 140 gr de harina 3 huevos y otro huevo para pintar Procedimiento Pon en un cazo alto (en el que luego te quepan las varillas eléctricas) el agua, la leche, la sal, el azúcar y la mantequilla a trozos, a calentar. Cuando esté a punto de ebullición y veas que la mantequilla ya se ha deshecho añades la harina recién tamizada, de golpe y remueve con un palo o cuchara hasta que se despegue de las paredes. Retira el cazo del fuego y deja enfriar unos 10 minutos. Enciende la varilla eléctrica y añade los 3 huevos, uno detrás de otro. Añade primero uno, mezcla y deja que la masa lo absorba, añade otro y después el tercero. Resulta una masa pegajosa que hay que colocar en una manga pastelera con una boquilla de 1,50 ó 2 cm (utilizo deshechables). Prepara una bandeja para horno con un papel para hornear o un Silpat. Ve haciendo bolitas del tamaño de una nuez, la pasta choux puede llegar a triplicar el volumen. Pinta con huevo batido delicadamente y si no te gusta que salgan las lionesas con punta, mójate el dedo con agua y aplasta suavemente esa punta que queda al hacer la bolita con la manga. Ten el horno precalentado a 180º y cuece 5 minutos. Después bájalo a 160º y cuece unos 15 minutos más. Cuando las saques del horno pásalas a una rejilla para que se enfríen. Ahora puedes rellenarlas o congelarlas. Yo las rellené todas ese día porque sabía que no durarían mucho. Para rellenarlas abre cada una de ellas con el cuchillo sin llegar a separar la capa, así se mantiene más estable y no se te derrumban después con el relleno. Pero si quieres ver todo el relleno rizado, como sale de la boquilla, ábrelas por completo. Si vieras que dentro te queda un pelín de masa cruda, la quitas y la tiras, a mí no me sucedió, estaban totalmente cocidas. El relleno lo hice con nata montada (35% grasa) a la que añadí azúcar al gusto y café sabor chocolate. Utilizo un par de marcas, me gustan las dos: una es Godiva y la otra no la recuerdo, viene como café descafeinado y no me sienta mal. De venta en Gourmet Corte Inglés y sitios especializados. También puedes hacerlas con nata sola o con trufa añadiendo chocolate fundido a la nata que montes. Cuando las tengas rellenas espolvorea con azúcar glace. Si las rellenaras con crema pastelera, decora con caramelo suave: azúcar quemado muy suavemente para que quede rubio.
Ahora a por los 48, y cuando llegue a 50 no cumplo ni uno más. Me queda por destapar el mejor regalo: la comida que me espera con mi familia, mi madre de cocinera y pastelera, mis hijas, mis sobrinos. Son esas comidas que te devuelven a la infancia, una infancia en la que cuando cumplía años, me subía a la silla para soplar las velitas.