Pastel de trufa con fresas
Este fin de semana Claudia cumplió 23 años. Ya el Viernes empezó a celebrarlo con sus amigas, no se acostó y el Sábado se fue a trabajar. Sin saber si llegaría a hora de comer preparé un buen picoteo y debido al exceso de viento apareció a buena hora porque no hubo regata.
Comimos y cansadísima se echó una siesta.
Habíamos estado en el Mercado y como tengo el p vicio de tocar todo lo que voy a comprar, que un día me van a dar en las manos, parece ser que, por una herida que tenía en el dedo me debió de picar algo porque al día siguiente amanecí con la mano hinchada. Por todos es sabido que no existe buena circulación en el brazo operado por cáncer de mama y cualquier herida puede ser vía de infecciones.
Y como un cumple no lo es sin un pastel a pesar de tener la mano hinchada me lancé a estrenar unas varillas que me acababa de comprar.
Qué menos que subir unas claras y como mínimo hacer un bizcocho. No le pedía mucho, tan solo que me saliera esponjoso. Y con mi madre al otro lado del teléfono dando órdenes conseguí que los 6 huevos junto con su harina y azúcar correspondiente triunfaran como mi primer bizcocho. Pero no tonta yo, ya me había preparado con nata, fresas y chocolate para fundir por si la cosa se complicaba.
Monté entonces 1/4 de nata y añadí 200 gr de chocolate puro fundido (cuando enfría). Aquí puedes utilizar un Valor puro, Valrhona, yo utilicé un Lindt repostería, eso a gustos. Hice así una trufa bastante amarga y cuando el bizcocho estuvo frío, corté 3 capas y lo rellené.
Por encima laminé fresas y lo decoré. Por último salpiqué con azúcar glass.
Este pastel da mucho juego porque puedes poner encima la fruta que quieras y decorar con coco, pistachos, menta, frutas rojas, lo que quieras. Y puedes rellenarlo con nata sola y cubrirlo con chocolate negro fundido, en fin, existen muchas posibilidades.
Lo único que tienes que conseguir es que te salga un bizcocho esponjoso y lo demás ya sale rodado.
Yo estaba loca de contenta porque ya llevaba una racha de dulces bastante mala, así que siendo una celebración como esta disfruté mucho.
Corté el bizcocho en caliente, con las prisas, lo rellené y cubrí con las fresas, todo antes de comer, se hizo tardísimo y casi no dio tiempo a enfriar. Aparece el pobre con un poco de celulitis pero estaba riquísimo. Está mucho más bueno el segundo día cuando la trufa está bien fría.
Y por la tarde me apareció en la mano hinchada una serie de picaduras que hasta hoy no he podido saber de qué. Sospecho del Mercado pero el médico no asegura nada, me dio antibiótico, pastillas para el picor y también para la circulación. Así que en adelante, con guantes de goma bien atados voy a ir a la compra no sea que un día de estos me metan un tortazo por tocar los tomates.
Comimos y cansadísima se echó una siesta.
Habíamos estado en el Mercado y como tengo el p vicio de tocar todo lo que voy a comprar, que un día me van a dar en las manos, parece ser que, por una herida que tenía en el dedo me debió de picar algo porque al día siguiente amanecí con la mano hinchada. Por todos es sabido que no existe buena circulación en el brazo operado por cáncer de mama y cualquier herida puede ser vía de infecciones.
Y como un cumple no lo es sin un pastel a pesar de tener la mano hinchada me lancé a estrenar unas varillas que me acababa de comprar.
Qué menos que subir unas claras y como mínimo hacer un bizcocho. No le pedía mucho, tan solo que me saliera esponjoso. Y con mi madre al otro lado del teléfono dando órdenes conseguí que los 6 huevos junto con su harina y azúcar correspondiente triunfaran como mi primer bizcocho. Pero no tonta yo, ya me había preparado con nata, fresas y chocolate para fundir por si la cosa se complicaba.
Monté entonces 1/4 de nata y añadí 200 gr de chocolate puro fundido (cuando enfría). Aquí puedes utilizar un Valor puro, Valrhona, yo utilicé un Lindt repostería, eso a gustos. Hice así una trufa bastante amarga y cuando el bizcocho estuvo frío, corté 3 capas y lo rellené.
Por encima laminé fresas y lo decoré. Por último salpiqué con azúcar glass.
Este pastel da mucho juego porque puedes poner encima la fruta que quieras y decorar con coco, pistachos, menta, frutas rojas, lo que quieras. Y puedes rellenarlo con nata sola y cubrirlo con chocolate negro fundido, en fin, existen muchas posibilidades.
Lo único que tienes que conseguir es que te salga un bizcocho esponjoso y lo demás ya sale rodado.
Yo estaba loca de contenta porque ya llevaba una racha de dulces bastante mala, así que siendo una celebración como esta disfruté mucho.
Corté el bizcocho en caliente, con las prisas, lo rellené y cubrí con las fresas, todo antes de comer, se hizo tardísimo y casi no dio tiempo a enfriar. Aparece el pobre con un poco de celulitis pero estaba riquísimo. Está mucho más bueno el segundo día cuando la trufa está bien fría.
Y por la tarde me apareció en la mano hinchada una serie de picaduras que hasta hoy no he podido saber de qué. Sospecho del Mercado pero el médico no asegura nada, me dio antibiótico, pastillas para el picor y también para la circulación. Así que en adelante, con guantes de goma bien atados voy a ir a la compra no sea que un día de estos me metan un tortazo por tocar los tomates.