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14.1.10

Fideos con cordero lechal


Este es uno de mis platos estrella del verano. Aquí lo llamamos "Fideus amb carn ( Fideos con carne)". Mi madre en invierno no lo suele hacer porque las habichuelas de tres tipos que lleva no son de temporada, sobre todo "el garrofó" que a nosotros nos gusta tiernísimo y aquí tienen costumbre de cogerlo ya crecido. También añadimos unas habichuelas locales que llamamos "fartets", una especie de alubia redonda pero un poco morada que hacen el caldito espeso.
La carne que se utiliza es el cordero y para suavizar, un poco de pollo. Si se utiliza un cordero de una edad, el plato suele repetir a lo largo de la tarde. Si se utiliza un cordero lechal, aunque encarece un poco, la suavidad de la receta es brutal y la digestión está garantizada. De hecho, acabo de comer y fotografiar, y no se me ha ocurrido otra cosa que hacer los ejercicios para las lumbares que me mandó el osteópata, así que fácilmente después de esta comida se puede uno ir a trabajar sin modorra. 
Ingredientes:
-bracito de cordero lechal (se puede poner pierna también, pero el bracito es más tierno)
-muslo y contramuslo de pollo (o bien unas alitas si os gustan más)
-una zanahoria
-una chirivía
-un nabo
-dos patatas gordas
-fideos del nº 2 
-un puñado de habichuelas verdes (perona por ejemplo)
-un puñado de garrofó (no he puesto porque no es temporada)
-un puñado de alubias frescas que tenía congeladas
-una cebolla rallada
-un tomate rallado
-pastilla de caldo de carne bio (en herboristerías)
-aceite AOVE
-sal
-azafrán
Se sofríe la carne en la cazuela (para estas comidas me gustan las cazuelas de hierro). Se añade la cebolla rallada y se sala.
Cuando tengamos la cebolla dorada añadimos el tomate rallado y sofreímos.
Añadimos toda la verdura troceada, damos una vuelta a todo para que coja el sabor del aceite y añadimos el agua para la cocción. Cuando empiece a hervir añadimos las habichuelas que tengamos congeladas y salamos, cerramos la olla.
Dejamos cocer unos 15 m dependiendo del tipo de cordero que utilicemos y también del tipo de olla que tengamos.
Pasado este tiempo apagamos el fuego, destapamos la olla para cocer los fideos.
Ponemos un puñado por cada comensal, rectificamos de sal, añadimos el azafrán y la pastilla de caldo, cocemos hasta que los fideos estén en su punto, apagamos y dejamos reposar.
Servir en el plato más bonito que tengas en casa, sí, sí, saca la vajilla, esa que no gastas nunca, tan solo en Navidad, porque el único traje que te vas a llevar el día que te mueras será uno que no lleve bolsillos.
Este es el plato de la vajilla que me regalaron cuando me casé, lo he sacado para vosotr@s, para que la receta quede tan apetitosa que os animéis a comer estos platos calientes de cuchara que en invierno tanto apetecen.
Ahhhh, y no os olvidéis de acompañarlo de un buen vino, que os caliente el cuerpo, algo tan sano como un tinto que lleva la espada bien puesta para luchar contra el bicho. Os recomiendo un Viyuela crianza 2004 para un plato como este. Esta bodega tiene unos vinos de importancia.
Bon apetit!!!!!

11.1.10

Lentejas con bacalao


Antes de comenzar el primer post del Año 2010 desearos todo lo mejor e invitaros a que me acompañéis en esta nueva etapa que comienzo en la que advertiréis que se producen algunos cambios en el blog.
Deseo volcaros toda la ilusión que siento en este nuevo Año que empezamos a través de mis recetas y acompañaros en las vuestras.
Ya ha pasado la Navidad y hay que tomar otro rumbo, cambiar el chip, volver a la vida normal, sacrificar unas cosas por otras, en el mejor de los casos quizás una cena en un restaurante con tu marido para poder comprarle unas botas a tu hija, somos padres, quién de vosotros no lo hace? 
Cambiamos de comidas, volvemos a la austeridad, el cuerpo nos lo pide hastiado de azúcar y otros excesos.
Hace frío y la mayoría de vosotros estáis rodeados de nieve. Aquí en Valencia no tenemos esa, para mí, suerte, el frío es intenso pero nuestro sol  lo atenúa. Agradezco estas temperaturas que mi cuerpo acoge como un baño de aire fresco en medio de los repetidos sofocos propios de mi tratamiento médico.
Sin embargo, los que vienen de fuera gritando: Mami, qué frío hace!!!, necesitan algo caliente.
La nevera está llena de cosas que sobraron estas Fiestas y que no cuadran para hacer recetas innovadoras. Es pues, momento para inclinarse por una cocina de aprovechamiento o reinventar las recetas de cada día utilizando todo lo que ronda por nuestras neveras y que hizo nuestras delicias esta Navidad. Al menos yo, necesito ir liquidando botes abiertos, tuppers y demás visitantes de importación o locales, necesito renovar, Año Nuevo, nevera limpia y llena de fruta y verdura fresca.
Quizás esos foies, carnes u otras extravagancias, no vuelvan hasta las próximas Fiestas pero ya tuvieron su momento y verdaderamente los volveremos a apreciar si no los comemos a todas horas.
Me inclino pues, para estrenar el año, por unas humildes lentejas, acompañadas de un resto de exquisito bacalao inglés que me regaló mi suegra. 
Estas fiestas hemos dejado de lado las legumbres, influenciados por recetas más exóticas, o tradicionales en algunos casos, como el cocido del día de Navidad en algunas familias.
La mezcla de lentejas con bacalao me resultó intrigante. El sabor del caldo semeja a un potaje típico de la zona de Alcoy llamado "borra" que hacía mi abuela y era riquísimo aunque tan solo fuera porque lo hacía ella.
Y aprovechar un caldo de hervido en el que la patata se deshizo y sabe a  gloria junto con otro de brécol, es lo que hace que me ponga manos a la obra.
Sofrío un ajito tierno, el bacalao desmenuzado y una zanahoria morada (no las había visto jamás), que compré en la verdulería bio del Mercado Central. 
Añado un bote de lentejas bio cocidas y escurridas. Damos unas vueltas para que sofrían, sí, que sofrían las lentejas, que no lo había hecho nunca y quedan muy ricas.
Calentamos los restos de calo que habremos juntado, vamos removiendo y añadimos unos cazos de este caldo a la sartén honda donde estamos haciendo el sofrito.
Dejamos hervir unos 20 m y listo.
La sal y las especias a gusto de cada uno. En este caso, como el bacalao ya lleva su sal y el caldo también, no he añadido más.

Aquí os dejo un boli para que me comentéis todas vuestras ilusiones para este Año Nuevo que compartiremos.