Como quedamos, la puerta de este blog sigue entreabierta y, este post es la historia de un encuentro entre dos blogueras que se conocieron en A LAS 3 DE LA TARDE: Maricruz de La Tierruca y yo.
Este verano no teníamos nada pensado, ningún proyecto ni visita excepto lo de todos los años: la playa, el pueblo, la familia, lo de siempre, que no siempre se tiene salud para disfrutarlo, como habréis podido comprobar, y este año ya todo estaba más tranquilo.
A mi hija la llamaron del C.E.A.R de Santander para trabajar de monitora de vela y se fue todo el mes de Agosto y parte de Septiembre. La llamaron de sopetón el 30 de Julio para trabajar el 1 de Agosto y me dijo: "te vienes conmigo?, no querías visitar a tu amiga?" Pero me paró el subir en avión, ella es muy lanzada y se fue sola. Unas semanas más tarde fuimos nosotros en coche, la verdad es que me siento más protegida, después de todo lo sucedido no soy la zagala que era.
Nuestro coche estaba en el taller hacía semanas y, aunque esperábamos que estaría arreglado para el viaje, no fue así, nos tuvimos que ir con el de repuesto. A última hora casi decidimos no ir pero era tanta mi ilusión por conocer a Maricruz que, con todo, nos decidimos.
No puedo contar esa sensación de ir a conocer a alguien, con quien has estado hablando durante todo un año, quien te ha hecho verdadera compañía durante la enfermedad, quien ha estado pendiente de ti, de todos tus dolores y decisiones, pero que no sabes cómo es en realidad. Habíamos hablado por teléfono, nos habíamos mandado fotos y habíamos compartido tanto, en este mundo bloguero que, no tengo palabras para contar ese momento, es algo especial y lo viví con mucha ilusión.
Llegamos a Santander y nos dirigimos a la playa del Sardinero donde habíamos quedado. Con tanta aglomeración de coches y nuestra torpeza en contra, al fin dimos con el lugar. Al bajar del coche, me la encontré, era tal y como la había imaginado. Nos dirigimos hacia su casa charlando como dos cotorras sin darnos cuenta de que nos dejábamos atrás el coche de mi marido que nos seguía y que nos perdió la pista, tuvimos que volver a buscarlos. Empezábamos bien!!!! Teníamos tantas cosas que contarnos que no nos preocupamos de más, qué despiste.
Al llegar a su casa, conocimos a sus padres, encantadores, se portaron muy bien con nosotros. Su padre tiene un jardín precioso y un huerto con innumerables plantaciones, tomates, pimientos, calabacines, cebollas, de todo, árboles frutales y unas plantas verdaderamente bien cuidadas. Su madre que, colabora también en el jardín es una excelente cocinera. Maricruz nos deleitó con sus mermeladas caseras y los gofres hechos por ella en el desayuno, además de hacernos una quesada pasiega para que nos la trajéramos a casa.
Ella tenía 15 días de vacaciones e invirtió una semana en hacernos sentir a gusto en su Tierruca, llevarnos a lugares preciosos, pasear por mercados medievales y caminar con nosotros por distintos pueblos de Cantabria. Es un gesto tan generoso por su parte que no alcanzo a expresar las gracias que se merecen ella y su familia.
Lo demás, lo que no salió como quisimos, lo que echamos en falta, lo que nos decepcionó, lo que sentimos distante, lo que quedó fuera de nuestras manos, para todo ello, habrá una segunda vez. En un entorno en el que nos supo hacer felices durante unos días, Maricruz sigue elaborando exquisitas recetas para su blog, y, como todos, intentando vivir la Vida.
Helena señala la puesta de sol en Liencres, una playa surfera preciosa.
El verde de esta tierra nos sacó algunos gestos como este, la temperatura perfecta.
La gran protagonista, culpable de la mejor leche que hemos bebido nunca y disfrutado de unos quesos fabulosos.
Tengo que agradecer a mi marido cómo supo desprenderse de sus aficciones por los museos y catedrales para llevarnos donde preferíamos.
Con un pasiego en Tezanos, un pueblo al que fuimos a visitar a Sindo, el propietario de la Granja de la Sierra, un lugar en el que hacen unos quesos y yogures buenísimos.
Lo conocimos por el blog Te quedas a cenar? de Ibán y decidimos ir a visitarlo.
Al fondo la playa de Santoña, Claudia encantada con su trabajo y con nuestra visita, quiso llevarnos a comer sardinas esa noche y la cena fue una delicia, nos lo cominos todo!!!!
Estas duchas las vi en la playa de Somo y me parecieron muy útiles, que tomen nota otros alcaldes porque no siempre se tienen este tipo de consideraciones.
En la Vírgen del Mar visitamos una iglesia, rodeada por el mar con unos acantilados que invitaban a abstraerse. Hay furgonetas de estas por muchos sitios. Nos gustó encontrar los helados tan a la mano. Véase foto de los acantilados en el post anterior.
Esta es una de las máquinas en las que se puede adquirir leche, nos hizo mucha gracia.
Aquí estamos de tapas por Santander, cómo me gusta el picoteo!!!!!!
Estuvimos en un pueblo que me pareció un encanto Bárcena Mayor. En cuanto entramos mi marido se fue a aparcar y dónde nos encontró?, en una tienda en la que vendían cosas preciosas, me encantan todo este tipo de artesanías típicas del lugar.
Pero no solo estaba esa tienda. En cuanto nos adentramos en el pueblo pudimos ver un montón de sitios y cualquiera nos arrancaba de allí.
Maricruz nos acompañó muy gentilmente en todo el viaje, esta foto me encanta.
Y para coronar este post qué menos que hacer referencia a todos los productos típicos de Cantabria: quesos, anchoas, sidras, etc. De ellos pudimos disfrutar en este Mercado en el que compramos algunas cosas.
Sinceramente inolvidable para mí. Lo que tiene internet, lo que tienen los blogs, lo que tenemos y no apreciamos, lo que somos y no aparentamos, lo que aparentamos sin sentir.
A lo que quedó hay que darle una nueva oportunidad.
Gracias por todo Maricruz y familia.