No soy yo, es Adormidera
Nunca he cortado y copiado nada en este blog, no me sobra la creatividad pero todavía me queda imaginación para rato. En este post he considerado necesario sacar uno de vuestros comentarios, así como ejemplo, como cuando de pequeños nos sacaban a la pizarra, ea pues, Adormidera sal a la pizarra, porque lo que me has dejado en el post anterior es demasiada ración para mí sola y quizás muchas personas se puedan beneficiar debido a que internet es un gran océano y quienes navegan por mis aguas puede que no naveguen por las tuyas y al contrario.
Dice Adormidera:
"Ana, llevo un par de días intentando meter baza... jolín, ni que me costara mucho normalmente dejarme ir en palabras. Pero cada vez que entro, algo me emociona y bloquea mi capacidad.
Hay una bola inmensa de energía a tu alrededor, en torbellino giran palabras como hojas que arremolina el viento, personas de lejos, de cerca, sentimientos, dolor, esperanza... es tan grande que yo me siento muy chiquita para atreverme a decir nada.
En algún sitio te leí, y ahora no puedo recordar donde (jo, ¿o será que lo soñé?) que recibías más de fuera pero que a lo mejor tu gente cercana se había mantenido alejada por respeto. Y ahí me sentí tocada. Porque quizá a mí con la gente que me rodea también me cuesta más. Cuesta porque piensas que incomodas, porque yo misma exijo para mis problemas médicos distancia y soledad, y pienso que los demás funcionan igual.
Alguna vez me pasó dar mil vueltas alrededor del teléfono, dudar si cogerlo para preguntar a alguien cómo le va... es algo tan personal... nos equivocamos tanto en dibujar los límites al respeto debido a la intimidad que luego no sabemos saltárnoslo, y en las dudas se va el tiempo precioso en que los demás necesitan nuestro abrazo... y nosotros abrazar.
Nos intentan proteger desde pequeños del dolor, se procura no mencionarnos la muerte ni ciertas enfermedades, minimizar lo malo de este mundo en un afán protector. Así nos enfrentamos ya muy talluditos con lo natural de nuestra imperfección, y nos asusta, Ana. Y no sabemos.
Las familias que nunca tuvieron problemas en su vida difícilmente van a ponerse en la piel de una persona en dificultades. Yo lo veo como facetas que tienen vacías, modelos que no tuvieron, que no saben reconocer ni aceptar. Y la tendencia es a correr un tupido velo.
Pero hemos sido nosotros, los que tenemos la oportunidad no sólo de enseñar granjas a los críos para que no olviden qué es una vaca, sino que no todo es rosa y fácil, nosotros los que podemos educar en la solidaridad, en el abrazo, y no lo hacemos.
Hace unos meses, charlando con alguien importante para mí, no pude evitar llorar por algunos episodios pasados en mi vida. Y sé que en ese momento yo fui esa vaca de granja para él. Cincuenta y tantos, una familia cercana pequeña, ausencia por entonces de problemas = incomprensión, extrañeza, no empatía real sino una especie de "pena" y un no saber reaccionar. El miedo a ver de cerca la muerte o simplemente el sufrimiento, Ana, es tan grande que no lo pueden evitar. Prefieren vivir en su vida cómoda y ajena... hasta que les toque y entonces ya todo es otro cantar.
Yo misma que desde que tengo uso de razón viví la enfermedad en casa, vengo de una familia grande muy unida en la que el juanete de cualquiera era el juanete de todos, a veces me quedo sin saber reaccionar, porque soy de las que huyen de los abrazos hasta que no estoy preparada para recibirlos, antes me aovillo y me lamo yo sola. No se lo tomes en cuenta si piensas que pueda ser por algo así, aprenderán. Si no, ellos se pierden crecer, e igual que tú te pierdes sus abrazos, ellos se pierden tu calor y fuerza.
Y va también para Rebeca y para Soledad (y para el que sea que lea y esté en alguna situación similar). Mientras llegan los abrazos y la preocupación perdida en el egoísmo y el desconocimiento que impera, aquí hay abrazos para regalar.
Y felicidades a Mercedes (me parece que era su nombre) por tener la capacidad tan grande de dar. Ojalá de verlo aunque sea escrito, aprendamos los demás.
Un beso, preciosa, y aunque no lo menciono quizá por lo mismo que vengo contando, por pudor y cierto respeto, no me olvido que son momentos durillos estos de ahora... pero estoy... ¿tú cómo estás? "
Y digo yo:
No podemos acariciar perros y gatos, cuando nos olvidamos de nuestra compañera de trabajo que ha enfermado de cáncer y no levantamos el teléfono para llamarla o quizás la llamamos desde el trabajo (a ella le llega un nºlargo o le entra como desconocido y no lo coge porque no está para desconocidos) no sea que nos arruinemos al gastarnos 30 céntimos de €, según el contrato. No me entra, no tengo suficiente materia gris para comprenderlo. Y no es que yo tenga nada contra los animales pero si no estamos preparados para la caricia quizás tendríamos que preguntarnos si le apetece a nuestro perrito ser acariciado por nosotros, no sea que estemos utilizando su ausencia de razón (característica que los distingue del ser humano) para aprovecharnos de su cariño, ya que todos sabemos o al menos, esa es una de mis últimas conclusiones, que hay animales mejores que muchos supuestos amigos.
A eso me refería en mi post anterior, creo que para nadie quedaron dudas aunque no puse ejemplos. Y aquí solo he hecho alusión a los compañeros (no todos) de trabajo.
En todos los ámbitos hay carencias y quien te imaginabas que era infinitamente cercano, leal y estaba ahí, al pie del cañón para lo que te sucediera, resulta que la gravedad de la enfermedad todavía es poca. Y yo que creía en la eternidad de la amistad?. Y cuando mi marido me decía: la amistad no existe, solo existe por conveniencia, me rebelaba y discutíamos. Ahora vuelvo al redil cabizbaja para darle la razón.
Todo eso respecto a los vivos que se menean. Respecto a los internautas, ahí ya me quito el sombrero y con los regalos recibidos mi marido ya no chista. Aquí entran muchos ingredientes, entre ellos la comodidad. Qué fácil es escribir animando, empujando, venga, ánimos, que tú puedes!!!!. Son todo velas apagadas. Es cruel ehhhh!!!. Pero cierto. A ver, quien está dispuest@ a mover el culo un domingo para ir a un centro comercial disfrazada de payaso y actuar a beneficio del cáncer?. Quién le haría llegar a nuestra amiga Soledad Pérez toda la información necesaria para la reconstrucción mamaria?. Hacemos una lotería y recaudamos fondos si no se lo puede permitir económicamente o en su país no hay oportunidad?. Le preguntamos?. Nos movemos?. Nos pica ehhh!!!!, mejor en casita, calentitos, en el sofá, me incluyo, cara al portátil, si es último modelo mejor, asomando por los blogs para que nos entre apetito, para evadirnos, para entretenernos, incluso para matar nuestro tiempo, que hasta eso necesitamos hacer para alegar que no tenemos paz. Y concluimos que no podemos hacer nada, que eso no está en nuestras manos, que con unas palabras, estoy aquí contigo, volveré, ya nos leemos. Aquí nos refugiamos todos, escarbo, escarbo y escarbo y a más me gusta un blog más hecha polvo está la persona que lo regenta porque la tristeza, solo la tristeza y el dolor saben sorprender. El color, la riqueza, la variedad, el entusiasmo ... es ILUSION, lo que llevaría el payaso al centro comercial para recaudar fondos para salvar una vida, como dice un ser querido: "El criterio se hace a base de experiencias. Si no se sufre una enfermedad no se tiene ni idea del dolor que conlleva". Ese ser querido es mi motor, me protege, cuando yo voy él ha ido y vuelto dos veces, me deja ir pero me observa, me consiente pero con vigilancia, me acompaña en esta forma de vida que es el cáncer, todos los días vuelve con una sonrisa, como si todo empezara de nuevo. Es el padre de mis hijas. Los que no están, no cuentan. Ni ellos pierden, ni yo tampoco. Perder significa antes haber tenido y nunca tuve nada tan auténtico como lo que ha persistido en el tiempo. Lo que no sobrevive a las adversidades no era auténtico.
Imagen de una de las muñecas que pinta mi hija Helena.