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22.7.08

Dieta macrobiótica de desintoxicación


Y visité a Patricia como quien busca la solución a su malestar interior y exterior, físico y emocional. Escuché la conferencia que había dado el viernes anterior y había decidido dejarme llevar de su mano con confianza. Dos horas y media de consulta, una profunda observación con esos ojos negros tan bonitos que tiene, de mis facciones, mis quejas, mis hábitos, mis lloros, mis frustraciones, mi historial médico. Y al final del desnudo un diagnóstico y un programa a seguir. El diagnóstico no desconocido, cáncer pero por qué?. Por qué por segunda vez?. La Macrobiótica eleva el pensamiento de que los alimentos curan, a la esfera de la psicología, hasta tal punto de que yo podía haberme curado el cáncer sin haberme operado. No voy a entrar en este tema, cada uno es libre. Iniciaré el tema de la Macrobiótica desde el punto de vista de la prevención, de conseguir una mejor calidad de vida, desde el punto de vista de la salud. Los milagros se los dejaremos a la Vírgen de Lourdes si os parece mejor. Pues bien, digamos que el cáncer ya tiene trazado el camino en mi cuerpo y lo que hay que hacer es desmontarle todos los esquemas, engañarlo y sobre todo depurar, limpiar la sangre después de la quimio.
Y cuál es el programa, por no decir dieta, ya que la Macrobiótica no es una dieta?. Muy triste, otro mundo, otra visión de la vida, un periodo de esfuerzo, un mes sin aceite y durante cuatro meses una serie de comidas basadas en un 60% de cereales: arroz integral, mijo, cebada y quinoa, otro % legumbres hervidas con algas, otro % verduras cocidas pero con la restricción de muchas verduras como: tomate, pepino, berenjena, pimiento, espárragos, champiñones etc. Tampoco puedo comer fruta, tan solo manzana asada. Pero me hago un postre muy rico que me dijo Vega: chucrut con manzana asada. Nada de líquidos, ni siquiera leches vegetales, ni horchata, ni gazpacho. Por supuesto nada de dulces, azúcar, zumos, harinas, ni siquiera integrales, tan solo una pasta japonesa que no recuerdo ni el nombre que la tuve que comprar en la herboristería y que huele a chino sudao!!!!, permitidme la expresión, ya se que tan malo es el sudor de un chino como el de un valenciano pero como yo trabajo cara al público puedo perfectamente cerrar los ojos y decir si tengo delante un negro o un japo, aunque os suene pedante.
Así que, qué mejor fotografía que esta imagen que me mandó Ivana y que representa mi postura en la cocina cuando mis parientes comen. Si me vieráis doy penita. En toda la enfermedad no me he quejado a vosotr@s para nada, este blog ha sido un sitio en el que me he sentado a superarme diariamente pero esto, esto que estoy pasando ahora, en verano, sin poder tomar una cervecita, un gazpacho fresquito, un helado, a quién se le ocurre depurar a estas horas?, me tenía que haber esperado a Septiembre, no os parece?, ahora sí que ha llegado mi hora, la hora de la autocompasión.
Y entre dudas ando, la verdad es que esta alimentación funciona, me trata bien el estómago, digamos que me lo acaricia y mentalmente, como es una prueba de superación tan fuerte me hace olvidar otras experiencias que vistas desde este prisma no son ya nada.
Salud y placer están reñidos?. Queda el debate abierto.